El dolor de un aborto
En este artículo vamos a tratar dos tipos de abortos, los dos intensamente traumáticos y los dos requieren el mismo proceso de duelo, sin embargo, por convicciones religiosas o culturales, el aborto provocado es un tema tabú en nuestra sociedad y se sufre en silencio. Es un hecho que se mantiene en secreto haciendo que la madre cargue con todo el dolor y toda la culpa que su conciencia y su biología le hacen sentir.
Tanto el aborto provocado o inducido, como el aborto espontáneo, ambos se consideran una pérdida neonatal. Las consecuencias que esto tiene para la madre, a nivel psicológico pueden llegar a ser muy destructivas, produce muchos sentimientos negativos que se alargan en el tiempo, cuando no se lleva a cabo la elaboración del duelo correctamente.
Los motivos para decidir abortar pueden ser infinitos, por supuesto que hay una intensa reflexión antes de tomar la decisión, y es lógico, no se trata de una operación de amígdalas, es algo que se decide, o debería decidirse, entre las dos personas implicadas y siendo conscientes de lo que están haciendo.
Nadie tiene el derecho a juzgarlo, lo último que necesita una mujer que aborta, o ha abortado, es que le digan qué es bueno y qué malo. Qué tenía que haber hecho o culparla por no seguir con el embarazo. No hay culpables, solo personas que sufren por una pérdida.
Que se puede hacer en terapia:
-Escuchar, escuchar y escuchar. Una mujer que ha pasado por un aborto, y más si es inducido, no se siente comprendida cuando habla de ello, por lo tanto, deja de hablar del tema y se esconde con sus pensamientos.
-Estructuración cognitiva, pensamientos e ideas erróneas (muchas culturares) pueden estar detrás de los sentimientos de culpa y castigo que la mujer cree merecer, esto lo trabajamos a fin de cambiar su afrontamiento en todos los aspectos de su vida.
-Despedida, a causa del secretismo y la culpa no existen rituales adecuados para despedir al ser que comenzaba a gestarse, la madre lo vive como un abandono, un vacío que no llena con nada.
-Encontrar alegría en las cosas diarias, aprender a disfrutar otra vez de todas las cosas buenas que no se ven mientras la mujer vive inmersa en el duelo.
A pesar de toda la culpa, dolor y tristeza, es posible verlo como una renovación, y desde la psicología se trabaja en ello. Un nuevo comienzo con un valioso aprendizaje y un ejercicio de perdón hacia una misma, son las bases para comenzar a ver la vida desde otro ángulo menos culpabilizador y más edificante.
Todo cambio conlleva una adaptación y si se hace de la forma adecuada te permite crecer y sentirte bien como persona.
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