Nuestro potencial es infinito

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El miedo nos acompaña muy a menudo, en las consultas de psicología es muy habitual encontrarse con personas que padecen ansiedad, miedos, fobias y/o preocupación. Últimamente parece incluso que se agrava esta tendencia. Estamos olvidando que en realidad somos seres humanos con poderes: el poder de cambiar el pensamiento, sanar el cuerpo, crear una vida perfecta o encontrar el amor.

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También podemos hacer “milagros” como cambiar el mundo con nuestro comportamiento. Otros lo han hecho, como Martin Luther King, Gandhi, Steve Jobs, Bill Gates, Einstein, Edison o Nelson Mandela…sirvan estos como ejemplo, aunque sabemos que hay muchos más.

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Nuestro potencial es infinito, pero nos cuesta ponerlo a prueba por todas esas creencias mentales que nos han enseñado y aprisionado durante toda la vida. Desde pequeños se nos adiestra para llevar puestas unas gafas grises con las que observar el mundo a través del cristal de las dificultades y el dolor. Nos afanamos y nos premian por detectar los problemas. Además, nos encanta hablar de nuestras dificultades, enfermedades, conflictos, etc.

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Crecemos con las ideas que nos han inculcado sobre lo que se puede hacer y lo que es imposible, y así, nos vamos conformando con hacer lo que hacen los demás sin cuestionar nuestras capacidades. Sin contradecir la cultura que nos ha tocado. Desde bien pequeños dejamos de creer en la magia. Dejamos de creer que podemos cambiar las cosas, no solo en el mundo, incluso pensamos que no podemos cambiar nuestra propia vida.

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John Wheeler, un físico teórico estadounidense dijo una vez: ” Ya no podemos considerarnos como simples espectadores que no tienen efecto sobre el mundo que observamos… El mero acto de observación es un acto de creación”

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El mundo material nos mantiene pegados a las normas y no nos atrevemos a poner a prueba el mundo espiritual con todos sus misterios y posibilidades. Cada momento que desperdiciamos pensando en eso “malo” que nos puede sobrevenir, socava nuestra capacidad para crear aquello que es verdadero y bello.

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Piénsalo así: Cada segundo que pasas preocupándote, crea un bloqueo entre tú y las oportunidades (milagros) y cada segundo se bloquea para ti también el amor absoluto que está aquí con el único propósito de que lo disfrutes.

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¿Qué puede pasar si intentas ir más allá?

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