Actitud Mental Positiva II

Seguimos con la lista de actividades que te van a ayudar a mantener tu buena actitud…en los buenos y los malos momentos.

 

4. Creatividad

Las actitudes y pensamientos negativos se debilitan ante el entusiasmo que genera llevar a cabo una actividad que te gusta. Ya sea pintar, escribir, bailar, tocar un instrumento, correr, etc.

Se ha demostrado que la expresión del arte o del deporte disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la producción de endorfinas, químicos naturales capaces de inhibir el dolor y estimular los centros del placer en el cerebro, además inducen al sueño, bienestar, y relajación.

Dedica cada día un tiempo a ti y tus aficiones, prográmalo para que estés durante el día esperando ese momento y así alargar el disfrute.

 

5. Apreciar y agradecer

Establece como norma diaria pensar en las cosas buenas que tienes en la vida, agradece muy dentro de ti todo aquello que tienes en tu vida. Mientras estás en modo agradecido, es imposible ser negativo.

Comienza apreciando y agradeciendo lo que eres, valora tus capacidades y tus “errores”, todo ello te ha ayudado a llegar hasta aquí. Aquello a lo que prestas atención va a ser lo que se multiplica, tanto lo bueno, como lo menos bueno.

Escribe cada día 3 cosas por las que estás agradecido/a, piensa en todo lo que te da la naturaleza, lo que te dan los demás, tú a ti mismo, etc. Verás que hay muchas más cosas para agradecer de lo que tu pensabas, te sentirás una persona especial y privilegiada.

 

6. Plantearme expectativas

Los estudios que se han hecho en personas de la tercera edad demuestran que los que tuvieron éxito lo lograron en base a las expectativas de su juventud. La gente habitualmente obtiene aquello que espera de la vida.

Tus creencias afectan a la realidad que construyes, pero también influye en las personas que te rodean. Eres, en gran medida, lo que los demás esperan que seas.

Cambia tus expectativas si hasta ahora no eran las adecuadas, y actúa con perseverancia sin pensar tanto en la suerte o lo que los demás esperan de ti. Es básico estudiar y planificar a fondo tu propio plan.

7. Mensajes negativos…no, gracias

Estate atento/a a la gente con la que te relacionas, si es habitual que después de estar con alguien “te quedas mal”, la compañía de esa persona no te conviene, no te está ayudando a ser mejor persona. Si además sientes dependencia hacia alguien de manera que influye mucho en lo que piensas o sientes, haz una parada y piensa si te conviene seguir al lado de esa persona. Lo mismo se puede aplicar a otras actividades como los programas de televisión, lo que lees o los contenidos de internet.

Analiza también tu forma de expresarte, tus pensamientos, tu lenguaje corporal ¿eres una persona positiva?

Utilizar términos como: eres especial, fantástico, confío en ti, ilusión, esperanza, me alegro, qué bien, etc. van a ayudarte a expresarte y sentirte mejor. Los efectos secundarios son que además vas a conseguir que la gente a tu alrededor se sienta mejor y te devuelvan parte de ese bienestar.

 

8. Vivo en el presente

Vivir y disfrutar del presente es uno de los secretos de la felicidad, parece simple ¿verdad? Pues no siempre lo hacemos, la mayoría del tiempo estamos sufriendo por cosas que, o no las podemos cambiar porque son del pasado o preocupándonos de un futuro que no ha sucedido.

El presente es el único momento sobre el que tenemos el control para cambiar todo aquello que puede ser cambiado, y sin embargo desaprovechamos la mayor parte del tiempo estando mentalmente ausentes.

Acepta lo que llega a tu vida sin juzgar, reflexiona antes de actuar renunciando a controlarlo todo, esto solo te generará estrés, saborea cada instante poniendo atención a lo que te rodea y enseña a tu mente a concentrarse en el presente sin divagar.

 

9. Porque yo lo valgo

Si pensamos a menudo que nos merecemos lo mejor y celebramos nuestros logros por pequeños que sean, el cerebro lo procesará como una recompensa por un trabajo bien hecho, liberando endorfinas que causan emociones internas de alegría y bienestar.

Si te premias a menudo por tus éxitos, va a producirte la suficiente motivación para proponerte nuevos objetivos que lograr además de que esto renueva tus energías y va a darle un subidón a tu autoestima.

Recuerda felicitarte, incluso darte un capricho como premio, cada vez que logres algo que te habías propuesto, de esta manera irás planteándote objetivos cada vez más grandes, y llegará un momento en el que ni tú mismo/a te creerás todo lo que has logrado.