Tú no eres tus pensamientos

Los pensamientos son sólo eso, pensamientos. Nuestras propias reflexiones pueden asustarnos, alegrarnos, bajar o subir nuestra autoestima e incluso pueden llevarnos a un abismo y hacernos desaparecer.

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“Mi pensamiento no soy yo”, esto es lo que deberíamos aclarar para después empezar a conocernos, lo que pienso no es lo que soy. A veces nos llegan buenos pensamientos, a veces, no tan buenos, otras veces se repiten obsesivamente y, cuando tenemos un buen plan, incluso conseguimos que se pongan de nuestro lado y nos apoyen..

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Pensar es la tarea de nuestro cerebro, es lo que mejor sabe hacer, para eso está. Los pulmones saben absorber el oxígeno del aire y el corazón sabe bombear la sangre por todo el cuerpo. El funcionamiento natural del cerebro implica pensar, y le cuesta mucho parar de hacer su trabajo. La ciencia dice que siempre estamos o pensando o procesando la información de manera inconsciente. No tendría sentido una mente sin pensamientos, ningún órgano de nuestro cuerpo está nunca parado. Si está vivo, actúa.

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Teniendo en cuenta esto, la dificultad ahora radica en educar al cerebro para que piense de manera que nos ayude a vivir mejor y ser más felices.

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Y esto es más difícil de lo que parece, ya que el pensamiento está influido por percepciones, por estímulos exteriores, por nuestras experiencias y recuerdos y, por lo tanto, por la actividad inconsciente del cerebro.

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Es tal la cantidad de estímulos que nos rodean que puede ser realmente agobiante quedarte a solas con tus pensamientos. Imagínate en una isla desierta sin TV, móvil, periódico, agenda, ordenador, libros o música.

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Puede que lo que nos pase es que confundimos nuestro verdadero YO con nuestro diálogo interno sobre la calidad de nuestros pensamientos. Nos viene un pensamiento, hacemos una valoración, juzgamos como bueno o malo y lo asumimos como algo propio.

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Ver la diferencia entre la mente y el cerebro requiere tiempo de meditación. Mi Yo real, mi Conciencia, es algo íntimo, personal y va más allá de lo físico, es lo que soy yo.

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Los conceptos de problema, juicio, crítica, etc. son impulsos eléctricos de las neuronas, se elaboran por si solos y desdibujan nuestra verdadera naturaleza.

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